Gracias
a una directiva de 2007 de Bruselas que autoriza a dar servicios financieros a
agentes que no sean bancos, cualquiera puede abrirse una cuenta bancaria en
Francia en un estanco, sí, en uno de los 60 autorizados y sólo es necesario el
carné de identidad y un teléfono móvil.
Las
cuentas se llaman Nickel, que quiere decir algo así como niquel o niquelado.
Algunos ya las han adjetivado de cuentas “basura”,
y “banco chungo”. Su slogan es “100% útil, 0% tóxico”. Estas cuentas low-cost tienen unos gastos de hasta 50€/año, lo que es
muy bajo ya que en Francia cuesta una cuenta unos 20 €/mes.
Según
parece, estas cuentas no admitirán descubiertos, tener cheques ni pedir
créditos, ni hipotecas, ni préstamos ni depósitos de ahorro y la apertura de la
cuenta durará menos de 5 minutos.
Según
la opinión de algunos analistas –esta opinión me cuadra bastante-, el objetivo
es captar clientes frágiles, ó rechazados de bancos tradicionales, según dicen
estos clientes serían: inmigrantes indocumentados, sin techo, parados, etc. En
mi opinión esto huele muy mal, y la experiencia nos ha enseñado que siempre hay
algún listo para aprovecharse de los menos favorecidos.
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